Los que me seguís sabéis que me encanta mi trabajo. Tener una vida poco rutinaria y que cada día sea una nueva aventura. Acabo de volver de Belize, un viaje increíble del que os hablaré pronto, y necesitaba descansar.
Los primeros días con el jetlag me quedaba media hora o una posponiendo la alarma. No había quién me sacase de la cama. Pero ya he vuelto a mi rutina de descansar ocho horas y madrugar a diario.
Los que me conocen saben que siempre estoy dispuesta a hacer planes, apuntarme a todo y no parar desde primera hora de la mañana. Pero tengo un secreto, nada de eso sería posible sin llevar una alimentación sana y descansar ocho horas. Todos los días a las 12 de la noche estoy durmiendo. Sé que así seré más productiva al día siguiente. Madrugando me sentiré descansada y llena de energía. Porque el secreto para comerse el mundo, no es otro que descansar y levantarse pronto. Solo tienes que acostumbrar a tu cuerpo. Ahora, también me suena la alarma a las 8 los fines de semana. Y sí, me paso el día haciendo planes. La gente que madruga y descansa, es más productiva.
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